Cuando el Ángel Negro se reveló contra el Creador, llegó a la conclusión de que jamas podría vencerle puesto que sus seguidores siempre estarían en minoría, por lo que decidió que su única esperanza de éxito se basaba en la posibilidad de dividir las fuerzas de su enemigo. Decidió propiciar el nacimiento de las distintas religiones con el fin de que combatieran entre sí. Por ello,
si intentas imponer a tu dios por la fuerza, tu dios es falso, puesto que el verdadero no necesita mostrar fuerza para demostrar quien es;
si alabas en exceso a tu dios, asegurando que es el único verdadero, ese dios es falso, puesto que el verdadero está tan alto que no necesita alabanzas;
y si utilizas las armas para defender al verdadero dios, le estas ofendiendo, porque al hacerlo consideras que no es lo suficientemente fuerte para defenderse a sí mismo
El Ángel Negro se dedicó a tentar a los hombres, no con el poder, la ambición o la lujuría, pecados todos personales, disculpables y pasajeros, sino con la astuta promesa de que si adoraban a un dios determinado y defendían a ultranza su fe, alcanzarían el paraíso y una supuesta vida eterna que hasta ese momento nadie les había prometido. Con su acción propició el nacimiento de las diferentes religiones, cuya razón de ser no era otra que los seres humanos se odiasen y matasen en nombre de un dios determinado, olvidándose de que el verdadero dios no necesita nombre.
El fanatismo religioso es lo único que se transmite de generación en generación y afecta por igual a todo tipo de razas, culturas, pueblos, naciones, ..., el significado verdadero que el pueblo otorga a sus (símbolos) dioses
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